jueves, 29 de mayo de 2014

“NOTHING TASTES AS GOOD AS SKINNY FEELS”

Nada sabe tan bien como ser delgada. Kate Moss 2009


Toda mi vida me he rodeado de mujeres inconformes con su peso, mujeres que pasan sus días haciendo dietas y toneladas de ejercicio, y durante muchos años quise ser como ellas. ¿Por qué? Porque soy delgada, muy delgada.

A simple vista poseer un metabolismo como el mío suena maravilloso. Lo es. Sin embargo en esta sociedad enferma, llena de estereotipos de belleza, ser tan flaca es un arma de dos filos que va más allá de “comer sin engordar”. Te genera complejos y estás sujeta a bromas de mal gusto de las cuales no puedes quejarte porque “Es broma, ¿De qué te quejas?, Ya quisiera estar como tú”. Pues déjenme decirles algo: No lo quisieran.

A mis 22 años apenas comienzo a sentirme cómoda usando prendas cortas y bikinis que muestren mi figura. Durante toda mi adolescencia oculté mis patitas de pollo, ya que cada vez que no lo hacía era víctima de comentarios como: “Ay estás bien flaquita”, “Tienes dos hilitos colgando de... ah no, son tus piernas”, “Hay que comer más, eh”, “Tú eres como anoréxica ¿no?”, etc., lo cual siempre me hizo pensar que no era atractiva, que necesitaba más piernas, más busto, más cadera, más todo. Lo peor es que aún lo pienso.

El problema es que no puedo decir nada al respecto, no se me permite sentirme mal con mi físico o tener problemas de autoestima porque según todo el mundo luzco como modelo. Yo no me siento como modelo, no soy modelo y hasta donde sé Karl Lagerfeld no me manda regalos personalizados en mi cumpleaños.

No por ser delgada mi vida es más fácil. Sufro igual que todas al comprar ropa y lloro cada vez que termino comprando ropa interior en el departamento infantil. Estoy tan obsesionada con subir de peso como muchas con bajarlo y también quiero lucir como Scarlett Johansson cada vez que me miro al espejo.
  
Recientemente las redes sociales están llenas de imágenes que discriminan a las mujeres delgadas con encabezados como “las verdaderas mujeres tienen curvas”, lo cual destroza mi meta de algún día llegar a ser una mujer real porque nunca he tenido ni tendré curvas.

Entiendo que ese tipo de campañas van enfocadas a hacer sentir mejor a las chicas con su peso y evitar problemas como anorexia o bulimia, pero ¿no sería mejor decir todas las mujeres son verdaderas?, y quitar de nuestro vocabulario dichos como “A los hombres nos gusta la carnita los huesos son para los perros”, porque aunque mis ex-novios sí sean medio animales ese tipo de comentarios no dejan de hacerme daño.

La verdad es que la gente no se da cuenta que decirle a alguien que es muy flaco es igual a decirle que es muy gordo, que al vivir rodeados de publicidad donde se muestra un solo tipo de mujer nos daña por igual a todas sin importar nuestra complexión.

Ser delgada en el siglo XXI sí es un sueño pero estar sujeta a críticas diariamente es una pesadilla de la cual las flacas queremos despertar.

"Una mujer sin curvas es como unos pantalones sin bolsillos...
¡No sabes donde poner tus manos!
Las mujeres verdaderas tienen curvas
Pero... Yo no tengo curvas.
Todo este tiempo pensé
que era una mujer pero no puedo serlo.
Así que ¿Qué soy? Soy.. soy





Belleza, en todas las formas y tallas
Andehui
Twitter: @hormonadeldrama
             @Andehuii


viernes, 24 de enero de 2014

Los hombres la tienen un poco más fácil con el sexo casual.

 Irte de farra y obtener sexo casual, va más allá de lo “casual”. En ocasiones, como mujeres, nos enfrentamos a ciertas adversidades que nos ponen en apuros antes, después y en el “gran momento”. Porque no es lo mismo acostarte con tu novio de 1 año que con un completo extraño, sin embargo ellos la tienen un poco más fácil ante esta situación.

 El sexo casual pone en aprietos a ambos géneros, desde las enfermedades de transmisión sexual hasta caminar crudo/a del Estado de México, hasta tu casa en Coyoacán.  Sin embargo es un hecho que las mujeres deben cargar con más problemas al involucrarse en un “acostón de una noche”, por ello enumeramos algunos de los problemitas más comunes en estas situaciones.

1.- Los pelos.

Para un hombre entre más vello, más bello. Algunos incluso sufren por ser lampiños. Y, para algunas mujeres puede llegar a ser asqueroso, sin embargo es más difícil que él se rasure, tan sólo por el hecho de que “los hombres no se rasuran” y si lo hacen, pueden llegar a ser etiquetados como metrosexuales o carecer de hombría.

 En cambo las mujeres tenemos ese estigma social por el cual debemos rasurarnos aunque no utilicemos blusas sin mangas o mini faldas, ya que para algunos hombres, resulta incómodo y hasta sucio durante el acto sexual.

 Y sí, te arrepientes durante todo el camino a su casa (o la tuya)  por no haberte tomado 15 minutos más en la ducha y sólo piensas que al llegar apagarás la luz y rezaras porque no toque tus piernas.



2.- Ropa interior.

Los hombres por lo general tienen un solo estilo de ropa interior: boxers, esos que vienen en paquetes de tres, de marcas como: Weekend Fruit Of The Loom, sí algunos también usan Calvin Klein. En cambio nosotras tenemos todo tipo de calzoncitos o chones y en ocasiones escogemos el peor momento para ponernos las bragas tipo “abuelita”, y es realmente incómodo ver volar tu paracaídas de la cama al piso.


3.- Orgasmos fingidos

Existe la creencia de que las mujeres fingimos orgasmos para no dañar el ego masculino. Sí, sabemos que los hombres pueden eyacular sin tener un orgasmo, pero esto se debe a causas fisiológicas, es por eso que la actuación se nos da más a nosotras, sin embargo esto ocurre la mayoría de las veces porque no estamos pasando un buen momento, y como sabes que el objetivo de un hombre es complacer a la mujer, simplemente recurres a una actuación digna de un Oscar para que acabe el suplicio.

Otra de las razones es por lástima… digo, porque lastima. El tamaño del pene no importa, pero hay ciertos movimientos bruscos que pueden llegar a lastimarnos, el problema es que si decimos la verdad herimos sus sentimientos y corremos el riesgo de ser definidas como “unas perras frígidas”, simplemente a veces la honestidad no es la mejor política. Al final el punto es que todos queden contentos; de esta forma, ellos se creen un semental y nosotras nos sentimos aliviadas de que se haya acabado. ¿Ven?, hasta eso, somos buena onda.



4.- El factor sorpresa.

 Con factor sorpresa nos referimos a las dimensiones corporales, en el caso de ellos: al pene. 

 El tipo de ropa femenina deja ver las proporciones del cuerpo, en cambio una debe esperar a ser prisionera de las cuatro paredes de una habitación, para asegurarse de que su nueva adquisición vale la pena, porque a veces la jaula no tiene nada que ver con el pajarito y por muy guapo que sea, siempre existe la posibilidad de decepcionarte visualmente al tenerlo completamente desnudo, y si esto sucede el problema es que estando allí, ya no hay retorno, ni modo que les digas “Uy, me acabo de acordar que tengo un compromiso, pero después te hablo” y los dejemos con su traje de Adán. ¿Ven?, otra vez nos pasamos de buena onda.

Pero es un hecho que el tamaño no importa si lo sabes mover.



5.- La regla

 Aquí hay de dos: Te arriesgas a manchar todo o no cena Pancho. La primera es terrible porque debes pasar por más vergüenzas que en todos los festivales de la primaria juntos,  primero debes decirle al sujeto que “estas en tus días” y desde aquí ya te estás arriesgando al rechazo , lo cual es bastante comprensible, en caso de que no te manden a volar aún debes enfrentarte al mayor mata pasiones de la historia mejor conocido como "El calzón con toalla" y no cualquier toalla sino LA TOALLA ya saben nocturna y de flujo abundante  y lo más desagradable e incómodo es que al final parece que Tarantino estuvo filmando su última película en las sábanas, tu vagina y su pene.



6.- Prejuicios sociales

 Esto es muy fácil tú terminas siendo una puta y él un campeón. 


Andehui y Ariadna.

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domingo, 9 de junio de 2013

Esa persona

Jamás había visto que un hombre se expresara de una forma tan amorosa y tierna de su ex novia, mucho menos después de haber sufrido tanto por ella.

Le pregunté qué había sucedido:

“Habíamos terminado, yo hice las cosas mal. Me llamó, salimos. Nos besamos y yo pensé: todo se arreglará, regresaremos y esta vez haré las cosas bien. Supongo que era una trampa. Iba muy bien arreglada. Se veía hermosa. La besé de nueva cuenta, las cosas iban bien, pero al tercer beso, todo cambió. Íbamos de regreso en el camión. Me gritó, me dijo que no la besara, que me quitara, de un momento a otro, ya no era la misma. Yo no entendía. Me ofrecí a llevarla a su casa, pero me rechazó. Dijo que ella podía irse sola. Contesté: -ojalá que nunca te hagan algo así-. No recuerdo cómo se lo dije”.

Me atreví a preguntarle si ella era bonita y me respondió, con una mirada perdida, una sonrisa distraída, un quejido irónico y una seguridad en su respuesta: “Sí, es hermosa. Morena, alta. Es hermosa”. Entendí que él aún la amaba, sólo con esa pequeña descripción , una descripción de amor y recuerdo.

El amor tormentoso que muchos experimentan en algún momento de la vida, tal vez, es el más hermoso e inolvidable. Marca en nosotros un antes y un después, sin embargo, penetra de tal forma que a pesar del tiempo, el espacio o las circunstancias de la vida, lo recordamos y lo revivimos para siempre.


A veces el amor perdurable no se presenta de forma humana, es decir, en un hombre o una mujer, sino en un recuerdo imborrable de nuestra mente, y se refleja en los latidos del corazón y en las miradas perdidas, en las sonrisas distraídas, los quejidos irónicos o en la seguridad con la que nos referimos a esa persona.

(De una conversación)

martes, 9 de abril de 2013

Patrañas Femeninas



¿Cuáles son las patrañas femeninas? Para mí son aquellas mentirillas que o le decimos a la gente o nos decimos a nosotras mismas para complicarnos la existencia. Lo peor del caso es que aunque todos sepamos que son mentiras las adoptamos como verdades absolutas. He aquí algunos unos ejemplos:

Patraña número 1. “Nada, no me pasa nada”.
 Esta es la cosa más falsa en la historia de las cosas falsas a excepción claro de la cara de Donatella Versace. No logro entender porque carajos preferimos acumular enojo durante horas al grado de que cuando por fin abrimos la bocota nuestro coraje ha evolucionado a su forma de Super Sayayin 4. Ya debería ser hora de ir entendiendo que el ser humano aún no está capacitado para leer la mente y hay que ir por la vida explicando todo, en especial a los hombres.

Patraña número 2. “Si me quiere que me busque”.
 Existe la falsa creencia de que hay que jugar a “ser la difícil”, que así atrapas a los hombres, los mantienes interesados y comiendo prácticamente de tu mano. Pues ¿Qué creen? NO ES CIERTO. En palabras de los propios hombres esas “son mamadas”. Y la neta es que nosotras mismas lo sabemos pues apenas empezamos a ver que los susodichos ya no nos hablan y ahí vamos “Hola ¿Cómo estás?”. Además si les gusta un chavo y no le hablan 'posoye' nunca va a saber que le andan tirando el calzón y también siempre es bonito dejar de lado la soberbia y el orgullo para mostrar interés.

Patraña número 3. “Seguro te tiene envidia”.
 Este tipo de cosas se las decimos a nuestras amigas cuando sufren de bullying a manos de otra mujer ¿Por qué? Pues porque no tenemos los ovarios suficientes para decirle a la “amiguis” que: o no es muy agraciada o en efecto, suele ser un “pain in the ass” al que tú soportas porque la quieres, o que simplemente la gente es culera (en especial las mujeres). ¿Envidia de qué? Ni que fuéramos las muy muy pa' que todo mundo esté pendiente de nuestra vida.

Patraña número 4. “Eres demasiado mujer para él”, “Tú tranqui que no va a encontrar a otra como tú”, “Seguro no es ni la mitad de guapa qué tú”. Y demás ardideces.
 Ahora sí que típico que te cortan y tus amigas se desviven por hacerte ver lo valiosa que eres y lo mucho que NO necesitas al patán ese. Cosa que siempre se agradece pero aceptémoslo; no eres demasiado mujer para él, ni para nadie. Bájale tantito al ego; claro que va a encontrar a alguien -incluso mejor que tú- o al menos más acorde a su ser, es más, seguro ya tiene algún prospecto por ahí y de ser así ¿POR QUÉ CHINGADOS TENDRÍA QUE SER FEA? ¿Tú eres fea? ¿Él tiene pésimo gusto para las parejas? El amor apesta eso ya lo sabemos. No es necesario andar menospreciando gente para afirmarlo.

 En fin podría seguir con esta lista por horas y horas pero que hueva. Dejémosle el resto a la mujer de su preferencia.

You know you lov... NO ES CIERTO, ¡Ahí nos vemos vatos!

Andehui

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lunes, 8 de abril de 2013

Introducción al drama 1



Y bueno ¿De qué fregados trata esto?

 Las mujeres tenemos fama de dramáticas, manipuladoras, argüenderas, locas y otro montón de cosas muy ciertas. Las viejas… ¡las viejas somos un desmadre!, un desmadre lleno de incongruencias, reclamos y lágrimas. Digo esto porque la idea es que este espacio sea una ventana. No. Un ventanal a la mente femenina. Todo esto de forma irreverente y divertida según nosotras. Sí, somos dos Andehui (se pronuncia andegüi) y Ariadna (que se pronuncia así como se lee).
 La idea es burlarnos de nuestra condición de damiselas exagerando un poco la verdad porque aceptémoslo ¡Es nuestra especialidad! Así que comencemos:

1.- Que NO esperar de este blog.
Consejos, dietas, belleza, DIY (Do It Yourself), estrategias de conquista y cualquier contenido que puedan encontrar en la Revista Tú o en Cosmo para no rebajarnos tanto.

2.- Que esperar de este blog.
NADA. Así nos evitamos decepciones y reclamos.

 Voy a resaltar el hecho de que Ari y yo somos novatas en estas ondas de los blogs y los videos y wereverelmorro y yuyacaeli y dale like o te da cáncer. Y por lo mismo aún no sabemos a la perfección como va a funcionar esto así que lo iremos armando poco a poco. Mientras tanto cómanse las uñas de la emoción y la expectativa de lo que postearemos próximamente.
 Es todo me despido ADIÓS ARRIVEDERCHI GOODBYE SAYONARA CÁMARA AHÍ NOS VIDRIOS.

Andehui


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